Las despedidas nunca se me dieron bien. Irme, saludar, decir "chau" con los ojos llorosos, dejar de hacerme la dura para mostrar mi lado sensible.
Un nudo en la garganta, la vista nublada, el "me cuesta tragar y respirar bien", mirar para arriba y morderse los labios intentando que no salga ese puchero que viene en mal momento, correr la cara y hacer que no pasa nada. Re emo era. Pero posta que es así.
El "chau" es una palabra fácil de decir. Pero es difícil pronunciar "¿nos vamos a volver a ver?". Es inexplicable la incertidumbre y la angustia que le agarra uno cuando tiene miedo de perder a alguien que quiere, y no sabe si este va a volver, o si no lo va a ver nunca más.
Hablo en todos los sentidos. En el sentido de una despedida, una muerte, una ruptura de noviazgo, el fin de una amistad, la terminación de un proyecto.
La palabra "fin" me suena muy mística. Como... una palabra gloriosa que se puede usar muy pocas veces y nadie la usa adecuadamente. Cuando te despedís de alguien a quien no vas a ver nunca más, deberías decir "Fin". Terminaste tu etapa con la persona, tus momentos y tus recuerdos.
El fin de las etapas y el cierre de esos momentos nos hace madurar, ir y visualizar nuevos proyectos, contactos. Las personas son "contactos". Las acciones son "proyectos" o "momentos".
Yo siento que tengo que desvalorizar a todo y a todos, así cuando mueren o los dejo de ver no sufro por ello. Hay personas a las que se les da muy bien el "no adentrarse mucho en una relación con alguien" ya sea amistad, laboral o amorosa. A mi me cuesta, pero intento hacerlo. Digo, es la única manera de no sufrir para mi.
When you are gone, the pieces of my heart are missing you, the words i need to hear to always get me through the day and make it okay... I miss you.
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