Primer día de clases, mierda. Estaba caminando concentrada en el ritmo de mis ligeros pasos, descoordinados y torpes. Era primavera, y las flores salían a borbotones, como la sangre después de un disparo.
-Hola.
Una voz clara, concisa, firme y segura. Detrás mio. Ese "hola" tan enérgico ameritaba un "hola" de la misma calidad.
Me di la vuelta lentamente para saludar a la voz vital con una sonrisa fresca.
-Hol...-Wow. No hay otras palabras para describir lo que vi y sentí. Wow.
Tanta perfección me dejó sin palabras.
Era un chico. Alto, delgado, de tez clara y feliz. Irradiaba felicidad con esa sonrisa. Tenía pelo negro, lacio, y ojos marrones. Unos enormes ojos marrones. Y todo este tiempo me sostuvo la mirada ¡sin darme cuenta!
-¿Hol? - se echó a reír. Su risa sonaba a la mejor música que algún coro de ángeles nunca podría cantar.
-Pe... perdón, hola.
-¿De casualidad sabés dónde está la secundaria Necon? por tu uniforme, me imagino que sí.-teníamos el mismo uniforme. ¡Seríamos compañeros!
-E... um... acá, dos cuadras derecho.
-Gracias.-esaba caminando para dónde le indiqué cuando de repente se dio la vuelta y me sonrió. Creo que no brilló su cuerpo porque sería imposible, pero estaba radiante.
Wow.
No hay comentarios:
Publicar un comentario