Me gusta la carga que significa que me quieras.
Quererte carga con un gustoso significante.
Cargar tu querer hace que me guste lo que significa.
Están todos muertos en esta ciudad de gente viva.
Mortífera sea tu vivencia citadina en la vida del gentío.
Muero con el gentilicio vivaz de mi ciudad.
Acepto, y espero que aceptes a mi descoordinado ser.
Soy la presentación de esta descoordinada aceptación mutua.
Soy descoordinada en esta espera de mi aceptación.
¿Qué tan solitario puede llegar a ser el hombre?
Solo se llega a ser hombre.
Esta es la llegada de tu hombría en soledad.
El ruido de todo lo que aprendí en la vida.
Mi aprendizaje fue ruidoso y vital.
Aprendo de vidas y ruidos.
No necesito de tu verborragia absurda para entender mi pensar.
Pienso en entender tu absurdamente verborrágica negación.
Negado sea el pensamiento entendible de las asburdas verborragias.
Algo horripilante que domina al mundo
Es mundial la dominación del horror.
¿Qué tan horrible y dominante puede llegar a ser el mundo?
Vení acá, cerquita, conmigo.
Conmigo tenés que ser cercano.
La venida de tu cercanía será conmigo.
Me inundás el mundo de felicidad.
Exploté.
Me voy.
Ya no existo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario