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domingo, 21 de octubre de 2012

Stella

"París, década del 70. Stella es una chica de 11 años, que empieza un nuevo curso en una prestigiosa escuela secundaria. Con un sentimiento de inferioridad y de patito feo”, enfrenta las clases y las relaciones con sus compañeros desde la distancia, desde el aparente “no me importa”. Crece en un mundo muy diferente al de sus compañeros, de clase media-alta. Ella es hija de unos padres que tienen un bar y un hostal de poca categoría, donde las partidas de póquer y de billar, el fútbol, los bailes y la música son cosa de todos los días. 
Sin embargo, todo su mundo empieza a cambiar, cuando encuentra una amiga entre sus compañeros, que le abre los ojos a otro tipo de mundo, muy diferente al que está acostumbrada.
 Ésta es una película tejida de emoción, de drama y de esperanza. No es un drama que se presente de forma espectacular, es sutil y soterrado, como esas heridas internas que no se ven desde fuera y te van comiendo por dentro. Así es Stella, pétrea, aparentemente desinteresada, parece que pasará por la vida de puntillas, suave y dulcemente. Y sin embargo, pasan muchas cosas, tantas, que a veces, esa apariencia se rompe estrepitosamente, rápidamente, para luego volver a recuperar esa misma apariencia anterior.
Es una película suave y cruel al mismo tiempo. Con un equilibrio sutil entre la esperanza y la desesperanza. Contada con mucha inteligencia y sensibilidad, tanto en las imágenes como en la música. Tanto en el guión como en el trabajo de los actores.Es un film de belleza salida de un drama, resiliencia pura, como la resiliencia de su protagonista, Stella, que, encontrando una amiga que le abre las puertas a otro mundo, tiene la inteligencia y la fuerza suficiente para encontrar una oportunidad, para reconocerla como oportunidad, y para reclamar su derecho y su trono en esa oportunidad.
Desde mi punto de vista, diría que la película es como uno de esos postres que te tomás, y que al principio parece que no te gusta, pero seguís comiendo, y entonces, vas descubriendo un sabor y otro sabor y otro, hasta que te lo terminás de un golpe, y pedís repetir.
Es raro ver en las carteleras historias y películas como éstas. Es un cisne blanco entre muchos patos negros. Porque lo importante de las historias no es la historia en sí, es cómo la contás. Como te la contás a vos mismo y como se la contás a los demás. "



Dudo que lo hagan, pero vean la película "Stella".

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