.

.

martes, 20 de agosto de 2013

Verde.

Pienso quizás demasiado inocentemente que sería lindo que no existieran gobiernos ni países. Quizás así se eliminarían cosas como el poder enfermizo y la corrupción que empobrecen al mundo día a día. Sin gobernantes todo el mundo podría hacer lo que se le cante la gana y hasta formar bajo ese desorden un orden común pero sin jerarquías. No sé si será posible porque nunca nadie lo logró, siempre todo fue de arriba la minoría y de abajo la mayoría. En todas las etapas de historia que estudié en el colegio el único período en donde todo era increíblemente parejo y justo era en la época donde supuestamente los seres humanos no estaban desarrollados mentalmente y se manejaban por su instinto más que por su razonamiento. Ahora que estamos todos evolucionados (algunos más que otros...) y que supuestamente tenemos mayor capacidad para poder hacer un mundo bonito y feliz resulta que hacemos todo lo contrario. Es como si todas las oportunidades que se nos ofrecieran para ser mejores como mundo, no como país o como sociedad o como nación o como lo que sea, las desaprovecháramos o desgastáramos. Hasta me da la sensación de que cuando tenemos cosas lindas no nos importa porque las creemos eternas y una vez que se van hacemos de todo para recuperarlas (un ejemplo podría ser la libertad).
Para mí lo que sería lindo es que no haya divisiones no sólo sociales si no también territoriales. Que no hayan ciudades, países ni ningún otro límite que nos divida por algo tan estúpido (para mí) como el fanatismo nacionalista o el sentimiento de amor desmedido a algo tan simple como un pedazo de tierra que estamos pisando. Yo creo que no deberían existir símbolos patrios, no deberían existir elementos que nos distingan a cada nación, no debería existir nada que nos divida de otros seres humanos del planeta. Que sea todo de todos y no haya límites. Y que sepamos compartir eso que tenemos en vez de quererlo todo para nosotros.
Hasta pienso que la nacionalidad no la define el lugar donde nacés si no el lugar al que vos sentís que pertenecés. No la define un pedazo de tierra, el color de una bandera o si te sabés el himno nacional. Hasta pienso que la nacionalidad es algo estúpido que no debería existir.
No sé que me pasa pero quería compartir mi momento jipi inocente y pensamiento de nena de nueve años con ustedes ya que esta es la única vez que logro hacerme entender respecto a esta idea que tengo.
*Qué le pintaba*

No hay comentarios:

Publicar un comentario