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domingo, 25 de mayo de 2014

Escritura automática

Los árboles caen como la mirada del transeúnte sobre mí
así como de día las cosas son más alegres
de noche uno se pone a bailar porque sufre

Decir "estoy bien" requiere de una alineación constante de los astros
hacia tu persona
puesto que tus prendas íntimas a veces tienen el elástico vencido

El transeúnte reposa la mirada en el vidrio de mi ventana
yo coloco flores en la bañadera del amor
porque todo camino puede andar, todo puede andar

Spinetta me canta sobre los relojes
yo percibo a ese cazador oculto
se mantiene firme en la vereda de en frente
observando mi ventana como quien aprecia la boca de alguien por primera vez

Atardece y se me empieza a secar la luna
dios nos guarde de que se me infecte

En el boulevard de los alerios el paladar se siente curioso ante los demás engendros
deambulantes, anestesiados por el peso de sus vidas

Lo siento cantando y me pongo en el centro de la habitación
sonriendo en paz
le sonrío al transeúnte, a la calle, a mí, a la vida

Zapatos consiguen redoblar la apuesta pisando la realidad
pero guarda con los gigantes y su experimentada visión del ocaso

Mi gato negro se esfuma entre los árboles
yo salgo a la calle a pisar hojas secas del temporal

Imagen mental: las pantorrillas desnudas
me siento en posición fetal y me acaricio la nuca
me revuelvo el pelo en la bañadera del amor
donde me encerré hace un tiempo bajo llave y prohibí el ingreso a extraños

Ahora salí, y acá estoy, afuera, en otoño

El transeúnte ya se fue
mi grito de guerra finalizó este capítulo porque ya es hora de dormir la siesta.

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