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domingo, 25 de mayo de 2014
Rayuela, capítulo 7 (levemente alterado)
Entonces mis manometrías buscan hundirse en tu peloteo, acariciando lentamente la profundidad de tu peloteo mientras nos besamos como si tuviéramos la bocal llena de floreo o pi, de mozalbetes vivos, de fragmento oscura. Y si nos mordemos el domador es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del alidi, esa instantánea mufla es bella. Y hay una sola salivera y un solo sabuco a frutillar, y yo te siento temblar contra mí como una lundu en el aguaderas.
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